En los últimos días nos hemos vistos sobresaltados por una «nueva muestra» de la decadencia de la sociedad occidental. La censura ha llegado por fin a La vida de Brian. El martes 23 de mayo pudimos leer en la prensa —conservadora— que la censura de lo «políticamente correcto» ha eliminado una escena de la versión teatral que se estrenará en 2024. Muchos han sido los que han comentado el asunto, pero solo uno de los periodistas más entregados a la causa de la libertad de expresión, Ángel Expósito, se ha hecho más o menos viral. Se ganado unos clickbait por dar voz a Juan Fernández-Miranda en su programa de radio en la cadena COPE para que este periodista denuncie la ignominia. «La vida de Brian es una película que hace 40 años se reía de la cultura de la cancelación, esto de que se censuren páginas de libros, de que se cambie la raza de los personajes históricos, de que todo sea políticamente correcto. Tal es así que esta película, en su versión teatral, ha sido censurada» ha dicho Fernández-Miranda. El presentador del programa solo ha podido corroborar la magnitud de esta tragedia cotidiana con una muestra de alta poesía: «El mundo, el mundo se va a la mierda, ya lo decía Mafalda».
La vida de Brian fue desde el día de su estreno un símbolo de libertad, pues es una película que desnuda con precisión la esencia del ser humano: la identidad, el sentimiento de pertenencia, el sexo, el comportamiento gregario, la inconsistencia de la religión, el amor romántico, la lucha revolucionaria y hasta el aprendizaje del latín. Por lo tanto, que en 2023 se censure, debe preocuparnos a todos. Sin embargo, cuando investigamos un poco —¡buscad en Google!— la mayoría de las piezas no encajan en este puzzle endiablado. ¿Quién ha sido el censor de esta obra? Según nos informa la prensa —conservadora— todo parece indicar que ha sido el colectivo trans. Este poderoso colectivo ha sido capaz de hacer lo que nadie ha podido desde 1979. Han conseguido censurar La vida de Brian y eliminar la escena en la que se «parodia» a dicho colectivo.
Más allá de las risas por descubrir un nuevo producto defectuoso de la prensa, el asunto no se sostiene, pero qué importa. No dejes que la verdad te estropee una buena noticia. Acapara titulares, muestra tu indignación y, con ella, llena horas de radio y tele y páginas de los periódicos. ¿Quién es ese colectivo trans que ha censurado La vida de Brian? Nadie sabe cómo opera ni de qué manera consigue todo lo que quiere, pero es muy poderoso y trabaja en la sombra para dominar el mundo junto con las mujeres, el resto del colectivo LGTBi, los ateos y las minorías racializadas. Este conglomerado de gente perversa se ha unido para terminar con los hombres heterosexuales blancos y cristianos y bla, bla, bla.
Sin embargo, ayer, jueves 25 de mayo, pudimos leer en El Mundo a John Cleese diciendo: «Hace unos días hablé para un público a las afueras de Londres. Les dije que estaba adaptando La Vida de Brian para que pudiéramos hacerlo como un espectáculo teatral (no como un musical). Dije que habíamos tenido una lectura del último borrador en Nueva York hace un año… y que todos los actores —varios de ellos ganadores del Tony— me habían aconsejado enfáticamente que cortara la escena de Loretta. Por supuesto, no tengo intención de hacerlo. Ningún medio británico me ha llamado para confirmar la noticia, creyeron lo que les dijo alguien». ¿Cómo puede ser que la censura a la obra de teatro sea imaginaria? ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre, Ángel Expósito! ¡Qué poco dura lo bueno! Imagino que hoy abrirá su programa reconociendo su error e informando de que no hay ninguna censura en la obra teatral que se estrenará en 2024. Quizá ese dato, el que se estrenará en 2024, debería haberles dado una pista de que a lo mejor todo era un invento, pero no podemos pedirle a la prensa la misma precisión que le pedimos a los cirujanos o a los peluqueros. El arte periodístico tiene sus propias reglas y sus propias tijeras.
De cualquier manera, es muy triste lo que dice John Cleese, tanto la petición de censura de unos pocos actores como, sobre todo, la dejadez de los medios de comunicación a la hora de llevar a cabo su trabajo. Han publicado una noticia sin confirmar. Y esta noticia se ha expandido por el mundo y ha llegado hasta Ángel Expósito y sus colaboradores que, ¡oh, sorpresa!, tampoco la han confirmado. Han preferido cabrearse y dejarse llevar por la melancolía y la perplejidad. Una perplejidad con la que parecen decir que «tenemos algo de lo que nunca ha habido una queja en 40 años, que yo sepa». ¿Qué no ha habido ninguna queja de La vida de Brian en 40 años? ¿Cómo es eso posible? ¿En qué mundo han vivido Ángel Expósito y Juan Fernández-Miranda para no haber oído ninguna queja sobre La vida de Brian?
No es difícil comprobar —¡buscad en Google!— el escándalo que supuso tanto su proceso de producción como su estreno. En Irlanda o Noruega se prohibió su exhibición al completo. No pudieron ver ninguna escena. En España, a pesar de que en los 80 había más libertad que ahora, se estrenó en versión original subtitulada y clasificada para mayores de 18 años. En fin, ¿ninguna queja en cuarenta años? ¿De verdad? ¿Ninguna queja en cuarenta años?
Lo paradójico del asunto es que esta noticia falsa, esta censura inventada, ha coincidido en el tiempo con la imputación de unos humoristas que hicieron una parodia de la Virgen del Rocío en un programa de televisión. Ni Ángel Expósito ni el experto en cultura de la cancelación Juan Fernández-Miranda han dicho nada todavía, pero en algún programa futuro dirán: ¿qué se supone que tenemos que hacer con eso? ¿qué se supone que tenemos que hacer con unos humoristas que hacen humor en la tele? ¿Meterlos en la cárcel? ¿Acaso Ángel Expósito o Juan Fernández-Miranda no recuerdan la escena de la lapidación en La vida de Brian? ¿Acaso no se puede decir el nombre de la Virgen de Rocío sin que te caigan encima un montón de piedras después de ser acusado de Blasfemia? ¿De verdad estamos hablando de un delito de Blasfemia en 2023? ¿Seguro? ¿En esas estamos todavía? ¿Dónde venderán barbas postizas? ¿Dónde sandalias? ¿Cascos de centurión? ¿Morros de nutria?
No importa, no voy a esperar la respuesta a ninguna de estas preguntas, porque ahora quiero cantar y quiero silbar. Porque la vida es bastante absurda y la muerte la última palabra, siempre debes mirar el telón con una reverencia. Olvida tu pecado y ofrece una sonrisa al público. ¡Disfruta! ¡De todas formas es la última oportunidad! Mira siempre el lado bueno de la vida. Mira siempre el lado bueno de la vida. Mira siempre el lado bueno de la vida. Así que mira siempre el lado bueno de la muerte. Justo antes de exhalar tu último aliento. La vida es una mierda cuando la miras bien. La vida es una coña y la muerte es un chiste, es cierto. Verás que todo es un show, mantenlos riendo cuando te vayas… Recuerda que la última risa es tuya. Mira siempre el lado bueno de la vida. Mira siempre el lado bueno de la vida. Mira siempre el lado bueno de la vida.
¡Qué cosas!… La derecha mediática defendiendo la libre expresión del prójimo. No me río por no lacerarme más el esternón, que con las carcajadas que se me han escapado durante la lectura ya lo tengo muy tocado.
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